TEMA DE DISCUSIÓN: EL ACOMPAÑAMIENTO INSTRUMENTAL

Me gustaría abrir el debate entorno a un tema que emergió al elaborar el vídeo para
este mes de diciembre, en el que aparecía tocando el ukelele en la canción de
despedida: el acompañamiento instrumental de las canciones.
Os propongo enfocar esta reflexión colectiva alrededor del uso que hacemos las
profesoras de algunos instrumentos para acompañarnos instrumentalmente durante
la interpretación de las canciones y/o recitados (no sobre el uso de los instrumentos
en el aula durante las actividades con los niños).
En una sesión de educación musical temprana, aunque normalmente no utilicemos la
música grabada, sí puede ser muy rico el uso de instrumentos tocados en directo, por
la profesora.
Como Gordon nos indica, especialmente durante la fase de aculturación, es favorable
que los niños tengan estas experiencias de escucha con diferentes instrumentos, en
variedad de estilos y en diferentes tipos de agrupaciones instrumentales, para
asegurarnos que son inmersos en la diversidad de rangos tonales y tímbricos.
Tendremos que asegurarnos que estos instrumentos estén bien afinados, y que estas
experiencias de escucha se ajusten a sus tiempos de atención, y se hagan,
preferentemente, de una manera interactiva1.
En este caso Gordon nos está hablando de interpretar melodías y piezas con los
instrumentos, no de acompañarnos de ellos cuando cantamos las canciones o los
recitados.
Personalmente, utilizo el ukelele de acompañamiento como parte del ritual de
entrada y salida; es decir, para acompañar la canción de bienvenida en el inicio de la
sesión, y luego, al final de la sesión para la canción de despedida. Puntualmente,
también lo puedo aprovechar para acompañar otras canciones, por ejemplo alguna
danza.

¿Por qué el ukelele? Bajo mi experiencia, este instrumento me resulta gratamente
versátil, puesto que es muy portable, me permite seguir dentro del círculo manejando
el grupo, moverme con los niños, es sencillo de tocar y tiene un sonido y volumen
agradables, además de ayudar a percibir al bebé la dimensión armónica de las
melodías.
Para mí, estos deberían ser los criterios a la hora de elegir un instrumento para el
aula, especialmente el que nos permita mantener la interacción y el contacto visual
con los bebés. Así, otros instrumentos sencillos de manejar y de timbres ricos que
podríamos utilizar puntualmente en las clase (ya sea para tocar melodías a los bebés o
para acompañarnos) podrían ser la flauta dulce (soprano, alto, incluso las más
graves!), el acordeón, instrumentos de viento como clarinete, flauta travesera, etc.
Incluso si tenemos la oportunidad, podemos invitar algún músico a una de nuestras
sesiones para que nos ofrezca un pequeño y breve concierto con su instrumento, y así
poder experimentar con nuevos timbres y sonoridades (contrabajo, violonchelo,
marimba, percusión, tuba!… son algunos de los que yo he explorado con
impresionantes respuestas).
Pero como digo, debemos utilizar estos instrumentos en momentos puntuales, como
complemento. Puesto que, como Gordon también nos sugiere, si las melodías
cantadas siempre se presentan con un acompañamiento instrumental el bebé
raramente pondrá su completa atención en la calidad de la voz cantada, el
movimiento, o el contenido musical en sí mismo2.
¿Qué pensáis de este tema? ¿Cuál ha sido vuestra experiencia con los instrumentos
tocados en vivo en el aula? ¿Cómo y cuándo los usáis? ¿Cuáles son los instrumentos
con los que habéis observado más interacción o respuestas con los niños?
¡Se abre el debate!
Gracias por vuestra participación.
Alba Pujol

 

1 Gordon, E. Music Learning Theory for newborn and Young children. Chicago: GIA, 2013 (p. 42-
43).

2 Ibidem (p.89)

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