TOCAR UN INSTRUMENT

El tema de debate que me gustaría proponeros este mes gira en torno al instrumento ya que hemos subido un vídeo con una clase de piano ofrecida por Marilyn Lowe en Madrid el mayo pasado. Me gustaría lanzar esta pregunta para la reflexión conjunta de todos los que enseñamos algún instrumento, no solamente el piano.

¿Por qué es tan difícil cambiar nuestros procedimientos a la hora de abordar el aprendizaje en el instrumento? ¿Por qué los profesores acuden con facilidad a cursos de educación musical y en cambio no es así con los de pedagogía del instrumento?

Es curioso este fenómeno cuando la mayor parte de los profesores de instrumento se ponen a dar clase sin ninguna formación y sin ninguna reflexión sobre lo que hacen y por qué lo hacen. Sin considerar que es el niño y cómo aprende. En cambio no acuden con frecuencia a cursos de formación o si lo hacen raramente cambian sus procedimientos de fondo: basarse en la lectura de la partitura, en la técnica o como mucho en la simple imitación.

Para mí la MLT es el único guión organizado que tenemos en la actualidad para hacer este cambio en la raíz de cómo enseñamos a tocar un instrumento. Cambiar procedimientos, ya nos lo dice la neurociencia hoy en día, es lo más difícil para nuestro cerebro. No basta con añadir parches a una forma de enseñanza que no sitúa la comprensión auditiva no solamente como el comienzo sino como el eje y centro de todo aprendizaje o acción musical, como es tocar un instrumento.

La técnica y la lectura decodificadora no pueden ser la causa que mueva la mano del instrumentista. Es la imagen sonora cargada de suficiente significación y claridad la que debe guiar con sensibilidad y entusiasmo la mano de cada niño que coge un instrumento para hacer música con él. Así lo vivirá como un lienzo donde plasmar y dibujar sus ideas musicales sean propias o de otro.

Me encantaría conocer vuestras opiniones al respecto y reflexionar entre todos que puede llevar al profesor de instrumento a darse cuenta de la enorme responsabilidad que tiene en sus manos para permitir a los niños que amen coger su instrumento de la misma forma que aman cualquier materia con la que pueden crear y expresarse.